99% Futbol | El futbol de Salto y otras pasiones

Torneos Locales - 1ra división

Fixture
Tabla de posiciones
Goleadores
Comentario

2016 - CAMPEONATO SALTO

EL FORTÍN DE SALTO, CAMPEÓN DE SALTO 2016

De izquierda a derecha y de arriba abajo: Alan GALEANO DÁVILA (2-0-0-2-0-0), Denis Emanuel AGUILAR (15-14-4-1-0-1), Guillermo Fernando ARAUJO (4-2-1-2-0-0), Manuel CAPALDI (13-13-1-0-1-0), Federico VERGÉ (16-15-1-0-0-0), Pablo ALBARRACÍN (1-0-0-1-0-0), Gastón Ariel QUIROZ (13-13-2-0-1-2), Federico Nicolás ACEVEDO (9-7-3-2-0-0), Julián ZAPATA (11-9-0-2-0-0), Santiago GIZZI (1-0-0-1-0-0), Raúl Alberto TAGLIORETTI (5-2-0-3-0-0), Alejandro Alberto CHÁVEZ (6-5-1-1-0-0), Héctor Ignacio VELÁZQUEZ (16-16-1-0-3-0), Rosendo Marcelo QUIROZ (14-13-2-1-0-1), Eduardo Gonzalo BERNÁRDEZ (15-15-3-0-1-1), Nicolás NAVARRINE (15-14-7-1-5-0), Nicolás SANES (1-0-0-1-0-0), Enzo Franco PISONI (1-0-0-1-0-0), Carlos Alfredo NAVARRINE (DT), Jonathan Fabián ROMERO (2-0-0-2-0-0), Julio César BARTOLINO (5-1-1-4-0-0), Darío Orlando MARTÍNEZ (14-10-5-4-4-0), Franco Damián MISERDA (12-10-4-2-15-0), Enzo Joel GONZÁLEZ (15-13-7-2-7-0), Brian Emanuel SIMALDONE (11-2-1-9-0-0), Rodrigo NAVARRINE (3-1-0-2-0-2) y Daniel DI VIRGILIO (PF).

Aclaración: (Partidos jugados-Titular-Salió-Ingresó-Goles-Expulsiones)

Fixture

FINAL CAMPEONATO - VUELTA

¡HISTÓRICO! ¡ÉPICO! ¡LA NOCHE DE LOS ÁNGELES! ¡CUANDO UN POBRE SE DIVIERTE! ¡DE FÁBULA! ¡EL FORTÍN DE LOS MILAGROS! ¡LEGENDARIO! ¡HÉROES! ¡EL EQUIPO DE LOS SUEÑOS! Póngale el título que usted prefiera, total, cualquiera le queda bien a este conjunto de soñadores.

Si con el solo hecho de haber ganado la Fase Regular se merecía un lugar destacado en la historia, qué se puede decir ahora que El Fortín se ha consagrado como el mejor equipo de Salto habiendo perdido en el camino a Franco Miserda, su as de espadas en aquel momento, y utilizando a Gonzalo Bernárdez en una pierna en esta final, nada menos que ante Defensores, el dominador absoluto de los últimos seis años, que dejó de lado el Federal B para conseguir el récord de siete títulos consecutivos y que puso todo lo que tenía en la cancha y un poco más, como a Gustavo Reynoso.

Ni el San Martín del 50 -que sacó lesionado a Rául Conti de la final-, ni el Centro Recreativo Gahan del 53 –que tuvo jugadores consagrados como los hermanos Lauricella y el “Negro” Fernando Flores, ni el Independiente del 55 -donde confluyeron excelentes jugadores como los hermanos Franco-, ni el Alumni del 82 -con refuerzos de la talla de Hugo Zerr-, ni el Cusa del 90 -con el archicampeón Marcelo Gizzi en el arco-, ninguno de ellos, con tan poco -según el criterio de los “grandes”, que hoy lamentan el no haberle dado más oportunidades a estos jugadores surgidos de sus inferiores- logró arrebatarle el título a un rival de la dimensión de este Defensores, pero también a Sports, que se armó como para retornar al Federal B, y a Compañía, que peleó con uñas y dientes por retomar la senda del éxito.

El Fortín de Salto, que nació hace trece años más por necesidad de los demás que por iniciativa propia, es el Campeón de Salto.

El Fortín del “Comadreja” Héctor Di Marco, que se fue a dar la vuelta olímpica por anticipado, de su hijo Guillermo, que lo acompañó en cada sueño y no para de soñar, del “Cabezón” Carlos Navarrine, el más rebelde de los técnicos -por comportamiento, pero sobre todo por planteo táctico- , del “Profe” Di Virgilio -otro “cabezón”-, que después de mucho tiempo volvió a preparar un equipo y presentó dieciséis leones en cada partido, del “Mono” Federico Vergé, que en Sports era el tercer arquero, de Manuel Capaldi, que en Compañía casi no tuvo oportunidades, de Denis Aguilar y Julián Zapata, que no lograron consolidarse en el modesto Villa Italia, de Gastón Quiroz, que veía pasar los años sin mayor suceso en Alumni, de Federico Acevedo y de Joel González que, también en el albirrojo, no terminaban de ganarse un lugar, de Guillermo Araujo, Julio Bartolino y Gonzalo Bernárdez, tres exfutbolistas, de Marcelo Quiroz, que de a ratos mostraba su categoría en Villa Italia, de Alejandro Chávez, un histórico de la casa, pero que no era requerido ni por el apellido, de Raúl Taglioretti, que era uno más en Valacco antes de la lesión, de Rodrigo Navarrine, soportando los dolores de lesiones crónicas, del “Misionero” Darío Martínez, un desconocido que comenzó brillando y una lesión lo fue apagando, de Ignacio Velázquez, que de un día para otro se transformó en el mediocampista con más ida y vuelta de Salto, de Nicolas Navarrine, el enganche que Defensores hace tiempo busca y no supo ver, de Franco Miserda, el goleador que estaba olvidado y unos pocos partidos le alcanzaron para saltear varios pasos, de Alan Galeano, Brian Simaldone, Franco Pisoni, Jonathan Romero y el recién llegado Nicolás Sanes, siempre dispuestos a tapar agujeros.

EL PARTIDO

Sin dudas que el gran candidato era Defensores; así lo determinaban la historia -contra el aurinegro apenas había resignado un empate la semana anterior, pero había vencido en los dos cruces de la Fase, y en todos los anteriores- y el presente –ya no estaba Moralejo en el banco (el supuesto culpable de todos los males), había vuelto Sponton (conocedor del plantel como nadie), se sumaba Gustavo Reynoso (que ya había insinuado ser la gran carta para romper la monotonía), el equipo estaba descansado y sin puntos débiles aparentes-. El Fortín llegaba con Gonzalo Bernárdez -vital para el equilibrio del equipo- entre algodones y burbujas de telgopor. Ni siquiera el tiempo le había dado una mano: La lluvia del lunes, que hubiese “emparejado” la situación, se había evaporado y el piso del “Esteban Chiari” era una invitación al buen juego.

Se podían hacer cientos de conjeturas, sin embargo, desde el primer instante del partido no hubo distingos de camisetas ni de jerarquías: todos a correr y meter. El primero en salir del enredo fue Gustavo Reynoso, que en dos ocasiones dejó a sus compañeros con buenas posibilidades de marcar, pero los remates de Naya y de Montero se fueron por arriba del travesaño. Después apareció Nicolás Navarrine y su habilidad para provocar faltas cerca del área que no fueron aprovechas. Más tarde se sumó Joel González para inquietar a la última línea del Loro, pero los arqueros continuaron siendo espectadores hasta el final del primer tiempo, a excepción de un remate de Velázquez, con poco ángulo, que Gizzi mandó al córner.

El transcurrir de los minutos no inclinaba la balanza para ninguno de los dos lados, hasta que Daglio calculó mal y a contrapierna un pase en profundidad, González corrió con la pelota en soledad y, antes de llegar al área, con Gizzi saliendo, le pegó con la cara externa de la zurda poniendo el balón en el poste más lejano.

El gol, por lo inesperado, dejó a casi atónitos; hasta a los mismos fortineros les costaba creer lo que estaba sucediendo, pero aún quedaban casi cuarenta minutos por delante y seguramente iba a haber más novedades.

Narbiloni, una vez más, levantó la bandera de la resistencia y empujó a sus compañeros al campo rival, Sponton comenzó a experimentar variantes mientras las piernas aurinegras se multiplicaban y, tan inesperada como la apertura, llegó el empate por un cabezazo de Sebastián Illoa.

Ahora sí, a falta de diez minutos, la definición por penales se presumía irrevocable, pero el destino tenía guardada otra sorpresa. Ya se habían jugado dos de los cuatro minutos adicionados por Barragán -que estuvo a la altura del trascendental partido- cuando Nicolás Sanes ejecutó un tiro libre desde la izquierda, Nicolás Navarrine -justo él- fue a buscar la pelota al primer palo -en el lugar donde ya no estaba Daglio-, la peinó y la puso lejos del alcance de Gizzi. En lo poco que quedaba, Feliciano Testa pescó una pelota y la estrelló en el palo, y Iocco no le pudo acertar al arco. Si los merecimientos se miden por las salvadas de los arqueros, Vergé tuvo los noventa minutos más aliviados del año.

Cuando Barragán señaló el centro del campo se desató la locura más impensada: El Fortín era Campeón de Salto. Ni al genial “Negro” Fontanarrosa se le hubiera ocurrido semejante disparate seis meses atrás.

PALABRA DE CAMPEÓN

MARCELO QUIROZ

“La verdad que no hay palabras para describir esto… Estoy muy emocionado por este grupo del que me ha tocado formar parte. Después de todo el esfuerzo que hemos venido haciendo semana a semana, conseguir esto que tanto ansiábamos no se puede explicar. Para nosotros todas fueron finales… Hoy nos tocó Defensores, que es un gran rival y al que quiero felicitar, así que es más mérito para nosotros haber logrado esto.

La verdad que cuando nos empataron y yo estaba en el banco me quería morir… No estaba para salir pero, por lo visto, el técnico ve las cosas mejor que yo.”

GONZALO BERNÁRDEZ

“Salí campeón con Defensores y con Sports, pero esto no se compara con nada. Con un equipo humilde como este da gusto salir campeón.

No estaba para jugar, pero no me quería perder esta final. Me pusieron una inyección, pero no me hizo ningún efecto, me molestó desde que empezó y en el segundo no podía seguir. Para colmo tuve que aguantar a Reynoso, que es muy ligero y sabe mucho con la pelota.

Cuando nos empataron no lo podía creer, pero sabía que el equipo iba a dar todo hasta el final, y se nos dio.

Sin dudas esto es lo máximo que me pasó en el fútbol… Este es un equipo de amigos que armó el Cabezón… Salir campeón con amigos de toda la vida como “Nico” y el “Piji” (Navarrine), “Petete” (Marcelo Quiroz)… Es algo muy lindo lo que nos pasó.

¿Quién está más loco? Todos: El Cabezón por cómo vive todo y nosotros por hacerle caso, jaja.”

JOEL GONZÁLEZ

“La verdad que hice un lindo partido. Estuve toda la tarde pensando en el partido, que algo me tenía que salir… Hice el trabajo que me pidió el Cabezón, de estar encima del 2 y del 6, y creo que cumplí.”

-Pensar que en el inicio del campeonato eras el cuarto delantero y fuiste el único…

-“Es verdad, era el cuarto delantero… Creo que de a poco me fui afianzando y ganándome un lugar en el equipo, y hoy puedo disfrutar de esta alegría.

¿El gol? Fue una en pelota en cortada, el 2 de ellos se confió que llegaba y yo piqué… Cómo definí y adónde entro la pelota, no tengo idea… No me acuerdo de nada… dicen que le pegué de puntín.”

-¿Habías tenido este nivel anteriormente o explotaste este año?

-“Siempre jugué de la misma manera… Tuve un año complicado en Alumni, donde nunca pude jugar como yo quería; Navarrine me dijo que disfrute del fútbol, y bueno, hoy me salieron casi todas… Ahora a disfrutar de esto.”

-¿Tenés idea de lo que lograron?

-“Creo que no… Hace tres años que estoy en Salto y no conozco nada de la historia pero, parece que es algo grande lo que conseguimos. Tengo un compañero de trabajo, que jugó antes en El Fortín, que me dijo cuando ganamos la Fase: Ustedes hicieron historia… Nosotros nos comíamos doce goles hace poco, ustedes les sacan un empate o pierden ahí nomás…

¿Si me voy a ir de Salto? Nooo, ya estoy radicado y de acá no me voy más.”

RODRIGO NAVARRINE

“Desde que arrancó la pretemporada se vio que había un grupo interesante; se sumaron jugadores que no tenían lugar en otros clubes, volvieron algunos que habían dejado de jugar… Después, todos pensaban que El Fortín en algún momento se iba a caer, pero el equipo se fue afianzando.

Ganamos un campeonato contra todos los grandes, y un Defensores con un montón de refuerzos… Terribles planteles enfrentamos, pero se demostró que la plata en la cancha no vale, que son once contra once.

Cuando entró el cabezazo de “Nico” no lo podía creer… ¡Qué me voy a dar cuenta de lo que logramos! Se grita, se festeja, pero va a tener que pasar un tiempo para que nos demos cuenta realmente de lo que hicimos. Lo único que faltaba era ganarle a Defensores, y hoy se le ganó, y creo que se le ganó bien… Joel jugó un partidazo, la defensa estuvo en un nivel impresionante…”

MANUEL CAPALDI

“Creo que este es el día más feliz de mi vida… Por todo... Por el compañerismo que hay en el grupo, por la humildad… Nunca estuve en un grupo así, por eso, como ya dije, es el día más feliz de mi ida.

Creo que Dios estuvo de nuestro lado, pero nosotros hicimos todo lo posible para conseguir esto. Nos sacaban méritos, pero fuimos creciendo partido a partido y hoy fue la frutilla del postre. Desde la segunda fecha muchos pensaban que nos caíamos, pero ganamos la Fase; después, en la Liguilla, Cusa nos ganó bien y, en estas finales, creo que nadie nos tenía fe.

La realidad es que este es un rejuntado… Y la forma en que entrenamos: Nunca hicimos un táctico, o una pelota parada, porque no tenemos adonde hacerlo. Todo lo hablamos entre nosotros o en el vestuario, por eso esto es tan emocionante.”

RAÚL TAGLIORETTI

“¿Qué siento? Una emoción terrible. Hace un año estaba tirado en mi casa, recién operado de los ligamentos, y no sabía si alguna vez iba a volver a jugar. Me llegó esta oportunidad gracias al Cabezón y cuando vi que había un grupo tremendo, empecé a confiar. A medida que llegaron los triunfos nos fuimos convenciendo de que le podíamos jugar de igual a igual y ganar a cualquiera. Y acá estamos, disfrutando por haberle ganado a un equipo de Federal B, porque Defensores es eso, y nosotros todo lo hicimos por amor a la camiseta, con mucho sacrificio, dejando de lado muchas cosas.

La verdad que muchas opciones no tenía. Estuve practicando en Sports, pero el técnico que llegó me dijo que no me iba a tener en cuenta, y el Cabezón me dijo que contara con él. Arranqué jugando en el Sub-23, poniéndome a tono de a poquito -todavía no estoy al ciento por ciento-, hasta que el Cabezón me preguntó si me podía contar en la defensa, que me necesitaba y, con tal de jugar, jugaba donde me pusiera. Me dio la confianza para jugar las dos finales de titular y creo no haberle fallado. Iocco es un jugador muy peligroso y, no voy a decir que lo pude anular, pero creo que lo tuve bastante controlado.”

DENIS AGUILAR

“¿Cómo se explica saltar del Sub-23 de Villa Italia al equipo Campeón de Salto? Y… El Cabezón siempre pensó que le podía ser útil en el medio… Arranqué el torneo jugando de marcador de punta y lo terminé en el medio, donde me siento más cómodo. Mientras sea para sumar…

Cuesta creer esto después de las cosas que pasamos… Practicando con frío, casi a oscuras, en la canchita del San Martín, donde mucho no se puede hacer… Creo que vamos a quedar en la historia.”

JULIO BARTOLINO

“Que el Cabezón me haya llamado para que le dé una mano en lo que pueda, con la poca experiencia que tenía en Primera, es una alegría enorme. Hicimos un gran sacrificio, pero todos a la par.

El no bajar nunca los brazos, agachar la cabeza y seguir, salir del trabajo e ir a entrenar, hoy se notó en la cancha, y mucho.”

GASTÓN QUIROZ

“¿Si me doy cuenta de lo que hicimos? No, la verdad que todavía no.

Hablamos mucho antes de estas dos finales, de no salirnos del partido, de no ponernos locos, sobre todo yo, que de vez en cuando me mando alguna, pero jugamos estos dos partidos con mucha seriedad.

Cuando nos empataron pensé que nos veníamos abajo pero, como pasó todo el año, cuando nos hicieron un gol salimos con más ganas para adelante.

Imagináte lo que es esto para mí: Ni sé cuántos años hace que juego al fútbol y es la primera vez que salgo campeón. Además lo disfruto el doble por ser hincha de Compañía. Quisiera jugar ahí el año que viene, si me dejan. Me quedan unos tres años más para jugar y no quisiera retirarme sin vestir la camiseta de Compañía.”

NICOLÁS NAVARRINE

“¿El gol? Un centro de Nico Sanes desde la izquierda, la fui a buscar al primer palo, cabeceé pero no pensé que iba a ser gol, pero cuando miré la pelota lo había pasado a Gizzi.

No sé si alcanzan las palabras para describir lo que se siente en este momento.

La verdad que la felicidad es increíble… Ver lo que es la gente, mis compañeros… Yo no doy más de felicidad. Esto lo merecíamos y creo que somos justos campeones; laburamos todo el año por un sueño y hoy lo estamos haciendo realidad.

Este grupo se merece todo. Se formó un grupo de amigos, que demostró partido a partido que tenía hambre de gloria, que con esfuerzo todo se puede. Muchos de nosotros estábamos olvidados por los clubes de donde salimos y hoy demostramos que no todo se consigue con plata.

Como digo siempre, ver a mi viejo, a mi vieja, a mis hermanos, llorando de felicidad, para mí es algo único. ¡Cómo no voy a estar feliz si encontré el lugar y el club que me hace el más feliz del mundo! En El Fortín me quiero quedar a vivir.

Este grupo es muy unido. Los 16 que les toca jugar están al pie del cañón, dejando todo donde les toque; los que no tienen la suerte, vienen y alientan desde afuera como si estuvieran adentro… La verdad que esto es algo soñado.

Cuando vi que la pelota entraba se me cruzaron miles de cosas por la cabeza, salí a gritarlo y festejarlo como un loco, convencido de que ya éramos campeones, y cuando el referí lo terminó no puedo explicar lo que sentí, fue único e inolvidable. Creo que fuimos muy justos ganadores. Esperaba más de Defensores; creo que en la cancha de ellos tuvieron algunas situaciones más.

Demostramos que con humildad y sacrificio, ganas y mucho corazón todo se puede; ah, y como ya dije, para mí el gol de cabeza no fue mío, fue de mi hermano “Calu” que bajo del cielo para peinarla y ver a todos nosotros felices.

Quiero saludar a toda mi familia, a mis amigos que siempre están, a todos los que ayudan a mi viejo en el día a día, a mis hermanos, a Juampi que le peleó a la muerte y hoy está festejando acá con nosotros, a Rodri, con el que no paramos de festejar, a Calu, que desde el cielo festeja, seguro junto al “Coma”, y a mi vieja, porque ella nunca se muestra, pero siempre está a la par nuestra yendo para todos lados.

Esto lo logramos todos, porque atrás de cada uno de nosotros está la familia. Agradezco a la mía y a las de mis compañeros, a Oscarcito (López), un genio, al profe Di Virgilio, una gran persona, y a José Centorame, que siempre estuvo.

Pero esto es gracias a un grande, a un loco lindo del fútbol, que hoy creo que tapó varias bocas y demostró que, si sos inteligente, también se puede con los chicos de Salto… Esto es gracias a mi viejo. Él forma grupos de amigos adonde va y lo volvió a demostrar. Siempre imaginé dar la vuelta olímpica con él, pero nunca pensé que sentiría semejante alegría.

Ahora el único sueño que me queda por cumplir es que el año que viene se sume “Juampi” al equipo, y jugar juntos los tres hermanos.”

FEDERICO ACEVEDO

“Todavía no lo puedo creer.

Ganar este campeonato con El Fortín creo que nunca me lo imaginé.

Cuando empecé sabía que había un lindo grupo y buenos jugadores, pero nunca pensé que llegaríamos a tanto. Tuvimos algunos jugadores en un nivel extraordinario.

Igual todavía nos queda pelear el titulo con el Sub-23.”

CARLOS ALFREDO “Cabezón” NAVARRINE (Director Técnico)

-¿Te das cuenta de lo que hiciste?

-“Jajaja… Hasta que no apoye la cabeza en la almohada no me voy a dar cuenta de nada, o quizá dentro de unos días.

Esto es algo grandioso, porque fue todo con garra, con corazón…

Siempre éramos más de veinte practicando en esa canchita para ocho… El “Coma” no lo podía creer, porque antes no eran más de cuatro o cinco por práctica.”

-Tuviste que armar varios equipos distintos por lesiones o suspensiones, cambiaste jugadores de puesto, le jugaste de igual a igual a Defensores en la cancha de ellos… ¿Algo te salió mal de todo lo que pensaste?

-“Quizá con el único que no acerté, fue poniendo a Denis (Aguilar) de “4”; a mí me gustaba mucho de “5”, pero en las primeras fechas me vi obligado a ponerlo ahí. Por suerte las dos finales las jugó en el medio y lo hizo muy bien. Con respecto a Defensores, ellos tienen muy buenos jugadores, pero yo también tengo jugadores importantes… Nunca tuve miedo de enfrentar a Defensores, ni siquiera en este partido en el que ellos pusieron todo lo que tienen.

Puede ser que mis jugadores no hayan sentido la presión de vestir una camiseta “pesada” y eso los haya hecho rendir más. Acá, si te toca perder, nadie te recrimina nada.”

-Si algo te tenemos que reprochar, son las actitudes con los árbitros… ¿te imaginabas que los arbitrajes iban a ser tan imparciales en las finales?

-“¡Nooo! No tengo nada para reprocharles, al contrario: en cancha de Defensores podría haber cobrado un penal para Defensores, y hoy les echan un jugador… Sinceramente, con el bajo nivel que venían teniendo los árbitros, nunca pensé que se iban a dar así estos partidos.”

-Bueno, saliste campeón con El Fortín, los árbitros no influyeron… ¿Te vamos a ver más tranquilo de ahora más?

-“Ahh, eso no te lo puedo asegurar. Soy demasiado calentón. Igual, hasta el 19 de diciembre lo tengo que ver de afuera.”

DANIEL DI VIRGILIO (Preparador Físico)

-“Si uno ve el lugar donde entrenamos, piensa que estos chicos pueden aguantar veinte minutos… La base fue la pretemporada, que fue muy buena. Después el campeonato se estiró mucho y pensé que no iban a llegar bien a los últimos partidos, aunque hicimos un buen mantenimiento.

Me di cuenta de que estos chicos podían rendir de la forma que rindieron en algunos trabajos de la semana. Cuando los exigí y vi cómo respondían pensé que le podían jugar de igual a cualquiera; en la parte física no íbamos a tener problemas.”

-Quizá, más allá de una buena preparación física, estos chicos tenían guardado algo más…

-“Y sí… La mayoría nunca había llegado a una final, por lo que tenían hambre de gloria. Desde el comienzo, con el Cabezón coincidíamos en que no nos iba a golear nadie con el material que teníamos. Después fueron demostrando que estaban para darle pelea a cualquiera. Ganamos la Fase y se nos fue Franco (Miserda), que tuvo la suerte de irse a otro nivel, por lo que perdimos uno o dos goles por partido, pero los chicos dieron todo y se notaron las ganas de llegar hasta acá.”

FINAL CAMPEONATO - IDA

Manuel Capaldi y Leonardo Arrieta fueron muy sinceros y precisos al final del partido, como para abundar en detalles de lo que fueron los primeros noventa minutos de la máxima disputa futbolística del año. Porque de este ida y vuelta saldrá, nada más y nada menos, un campeón récord o un campeón inédito.

De la disparidad entre los dos planteles ya se ha hablado más que suficiente, sin embargo, el recuerdo de los dos únicos enfrentamientos –triunfos Loros por la mínima diferencia- y el presente de ambos equipara las posibilidades. Por un lado Defensores, que durante varios años intentó -con mayor o menor suerte- ser un equipo, pero que en el último mes peleó por encontrar una identidad totalmente desacostumbrada, dependiendo casi exclusivamente de la inspiración individual o, para ser más preciso, depositando las mayores esperanzas en el ímpetu de Nicolás Iocco, el más destacado en la mayoría de estos partidos. Por el otro, El Fortín, un conjunto homogéneo, convencido de lo que debe hacer dentro del campo y con el nada despreciable valor del conocimiento de sus limitaciones.

El equipo dirigido por Carlos Navarrine comenzó el partido maniatando a su rival, siendo prolijo y amenazando a partir de la habilidad de Nicolás Navarrine, y antes de los diez minutos preocupó a Gizzi con un cabezazo de Joel González, al que le faltó potencia o dirección para llegar a la red.

A partir del cuarto de hora Defensores empezó a amigarse con la pelota y a dominar territorialmente, buscando profundizar por los costados con Iocco y Montero. De una falta a este último a veinticinco metros del arco, cerca estuvo Rodrigo Naya de abrir el marcador, pero se lo impidió el notable vuelo de Vergé.

A los veinticinco minutos Feliciano Testa se despegó de la marca y fabricó el hueco para el ingreso de Iocco a espaldas de todos y de cara a Vergé, y el potente delantero Loro definió con sutileza para abrir el marcador.

El gol dejó tambaleante al aurinegro que, más que nunca en el partido, extrañó a Marcelo Quiroz en el centro del campo. En un ataque aislado Darío Martínez, recto al arco, sacó un remate mal intencionado que se desvió en un defensor y terminó cerca del caño derecho, mientras Gizzi observaba el desenlace desde el piso. Pero el mal momento no terminó ahí para el arquero, ya que Nicolás Navarrine lo sorprendió –como a todos- con la magistral ejecución del tiro de esquina.

Los siete minutos que le quedaban al primer tiempo se fueron entre la euforia de unos y el aturdimiento de los otros. La reanudación no trajo demasiados cambios en cuanto al desarrollo; si bien el Loro tenía la iniciativa terminaba chocando contra la sólida defensa fortinera.

A los diecisiete se produjo una de las mayores polémicas de la noche, cuando Montero cayó en el área tras disputar una pelota con Vergé, que estiró el pie algo imprudentemente. A la distancia pareció falta, pero Marcelo Martín, de flojo arbitraje, decidió amonestar al mediocampista.

A los veintinueve se escapó Ignacio Velázquez por la izquierda, con espacio como para meterse en el área pero, unos metros antes, lo bajó Feliciano Testa haciendo un gran esfuerzo -minutos después de que se negara a dejar el campo ante la posibilidad de un cambio-.

A los treinta y cuatro apareció la habilidad de Rodrigo Naya para dejar rivales en el camino y enviar el centro al segundo palo, por donde entraba Defrancesco con grandes chances de anotar, pero el cruce de Quiroz se lo impidió. Volvió a aparecer “Gogó” a los cuarenta y tres y, tras una perfecta pared con Testa, quedó frente a frente con Vergé; el gol era inminente, pero el chacabuquense no tuvo la convicción necesaria y permitió el lucimiento del arquero en la última jugada de riesgo del partido.

El Fortín se fue feliz del “Carlos Testa” como nunca antes -por primera vez rescató un punto ante Defensores en cualquier cancha-. Defensores, entre la confusión y los reproches no se sabe bien a quién.

-¿Con qué sensación te vas?

-“La sensación es la de un partido frío, como la noche… Tibio, quizás. Tratamos de manejar la pelota, hicimos algunas jugadas, pero creo que no fuimos muy punzantes… La idea era ganar, pero no se puedo. Por lo menos no se perdió.”

-¿Se puede tener la cabeza en dos torneos a la vez?

-“Creo que, cuando podamos pensar en un solo torneo, va a ser lo ideal… Obviamente, por el club, por la historia y por nosotros mismos, que venimos entrenando desde febrero, queremos lograr el séptimo campeonato, pero a la vez queremos que se termine ya para poder dedicarnos de lleno al Federal, donde no podemos perderle pisada a los demás equipos que, por lo que se ve, hay mucha paridad. Indudablemente se complica armar dos equipos competitivos a la vez. Hoy la prioridad es el Torneo Local, desde la próxima semana será el Federal, pero sin descuidar el 4 Ligas.”

-¿Este es el torneo que más les está costando de los últimos siete?

-“Creo que sí… Fue un torneo muy parejo. El Fortín hizo sus méritos y se quedó con la Fase, nosotros ganamos la Liguilla, pero Cusa fue un rival duro… La verdad que fue muy parejo, y me gustó que haya sido peleado.”

-¿Este Defensores está al nivel de los anteriores?

-“Creo que… Jugadores hay, por ahí no logramos jugar bien colectivamente, pero no creo que este plantel sea inferior a los de años anteriores. Antes llegábamos y concretábamos, en este torneo no está faltando meterla.”

-¿Se hace difícil adaptarse a la idea del nuevo técnico?

-“Eh… No es mucha ciencia, es cuestión de juntarse, tocar y abrir la cancha. Lo intentamos, hay jugadores de buen pie, pero nos está costando. Esperemos que en la revancha no nos cueste tanto y lograr lo que todos queremos, que es el séptimo campeonato.”

-¿Se llevan lo que vinieron a buscar?

-“Empatar en esta cancha, teniendo en cuenta que Defensores puso lo mejor que tiene, es un muy buen resultado.

Creo que el empate es justo. Por momentos jugamos muy bien, abriendo la cancha…”

-¿Qué fue lo mejor de El Fortín hoy y que les faltó?

-“Creo que los de arriba, Joel (González), el Misionero (Darío Martínez) y Nico (Navarrine) hicieron un gran partido pero, para llevarnos un empate de esta cancha, hizo falta un trabajo aceptable de todos.

Quizás en el segundo tiempo nos faltó llegar un poco más, lo que pasa es que esta cancha es grande y te saca piernas.”

-¿Qué puede pasar en la vuelta?

-“Quizás a ellos no les ha ido tan bien en el “Esteban Chiari” pero, es Defensores, y por algo ha ganado seis campeonatos seguidos. Obviamente que van a ir a buscar el triunfo, pero nosotros también, más con el envión anímico que nos da este resultado.”

-Sinceramente, ¿en todo momento creíste que se podía o pensaste que se les complicaba?

-“La verdad que tenía mucha fe pero, cuando nos hacen el gol, tal vez por falta de experiencia, pensé que se nos venía todo abajo. Después encontramos ese gol increíble y los pudimos aguantar. Siempre tuve fe que nos podíamos llevar un empate de acá y hacer un buen partido en la revancha.”

¿QUIÉN SE HACE CARGO?

Así, con este marco de público se disputó la primera final del campeonato Salto. Triste y lamentable.

El frío invernal, que a la misma hora jugaba la Selección Argentina ante Venezuela, el flojo rendimiento del equipo Loro en las últimas fechas (póngalo en el orden que usted prefiera), entre otras cosas, confluyeron en esta aberración.

Liguilla – Final - Vuelta

Esta vez, ni la noche fresca ni el día de semana fueron excusa para faltar a la cita, y hasta varias caras desacostumbradas al fútbol actual se mostraban expectantes de lo que pudiera suceder entre el encumbrado Defensores y el sorprendente Cusa.

Indudablemente, no era un partido más: El dueño de casa se jugaba, seguramente, mucho más que la posibilidad de pelear por el séptimo título consecutivo, y el visitante buscaría dar uno de los mayores batacazos de nuestro fútbol. Los dos, por distintos motivos, iban por un lugar destacado en la historia.

Defensores, desde su alineación, dejaba a las claras que a la hora de la verdad en el Torneo Local, no hay Federal B que valga, y Moralejo mandaba a la cancha lo mejor que tenía a disposición -excepto lesionados y suspendidos-, hasta con los sorprendentes inmediatos regresos de Falgari, Arrieta y Favergiotti -operado de apendicitis solo once días atrás-. Capaldi repetía diez de los once titulares -Sequeira volvía por el suspendido Weber- que habían puesto en ventaja al Universitario una semana atrás. Restaba por ver quién de los equipos manejaba mejor la presión -la obligación de ganar de uno y la escasez de experiencia del otro- y en cuánto influía el campo de juego -por dimensiones y por la condición de local-.

Desde el vamos, Defensores mostró una determinación para dominar a su rival y una intención de “jugar” como rara vez se había visto en el último tiempo. Con Falgari como eje hacía circular el balón con rapidez, y con un Iocco incontrolable en apenas nueve minutos preocupó tres veces a Pisoni, sobre todo en la tercera, donde el arquero tuvo que aguzar los reflejos para mandar al córner el potente remate del pergaminense.

A Cusa le costaba cubrir todo el ancho del campo y hacerse de la pelota, hasta que a los quince minutos, en una rápida contra, Giménez encaró el área y a Daglio no le quedó otra opción que derribarlo. Pellegrino le mostró la tarjeta amarilla al central Loro, con algo de piedad, y Lucas Jofré ejecutó el tiro libre sin demasiada puntería; pero Cusa había mostrado las uñas.

Sin embargo, el dueño de casa mantuvo el asedio y continuó exigiendo a Pisoni, a la vez que Villalba también quedaba condicionado al hacerse amonestar por no “reventar” una pelota a la tribuna.

Pasados los veinte minutos Falgari tuvo que dejar la cancha y Defensores fue perdiendo protagonismo. A los 26’ un cabezazo de Defrancesco se fue cerca, y hubiese sido la última oportunidad del Loro en el primer tiempo pero, a los 43’ Iocco encaró por enésima vez, Pisoni –en su único yerro- salió a destiempo y se lo llevó puesto cuando el delantero iba a quedar con muy pocas posibilidades de terminar con éxito la jugada. Pellegrino miró el lugar de la falta –dentro del área, sin discusión- marcó el punto del penal y amonestó –a la vista de todos los presentes- al arquero surgido de las inferiores del Loro. Favergiotti -prácticamente implacable desde los doce pasos- levantó la red, lo gritó con furia y acalló varias voces intranquilas por el tiempo que pasaba y el gol que no llegaba.

Antes de que Pellegrino –hasta aquí sin mayores objeciones aunque de las tribunas bajaran todo tipo de reclamos- señalara el centro del campo, Salcedo se hizo espacio para sacar un remate cruzado que provocó el rebote en Gizzi y del que Lucas Jofré no pudo sacar provecho.

En el entretiempo, repentinamente una espesa niebla se instaló en el campo y hasta se dudó sobre la continuidad del partido, ya que no se podía ver absolutamente nada a cincuenta metros. Pero el árbitro decidió continuar el juego y la niebla no terminó perjudicando a los protagonistas, aunque sí a los espectadores.

Ya con el resultado en contra, Cusa salió al segundo tiempo con una mentalidad más ambiciosa y, ayudado por la -mínima- merma física de algunos jugadores Loros, equilibró el trámite.

A los nueve minutos Pellegrino y su primer asistente vieron una falta inexistente contra Salcedo -lejos del arco y sobre la línea de banda-; el propio Salcedo se encargó de mandar un centro con malas intenciones al segundo palo y Matías Jofré madrugó a todos metiendo un cabezazo letal.

Fueron cinco minutos de confusión para el Loro, hasta que Narbiloni dejó su posición de marcador de punta y encaró decidido -¿luego de llevarse el balón con la mano?- por el centro del campo, y el segundo que intentó dejar en el caminó le cometió falta. Guido Montero, perpendicular al primer palo y a veinticinco metros del arco, sacó un remate combado que superó la barrera y se metió pegado al caño derecho a pesar del vuelo de Pisoni. Golazo.

Cusa sintió el impacto, pero Defensores ya no tenía la frescura del primer tiempo. Ante el calambre de Bolognese, Capaldi mandó a la cancha al juvenil Agustín Flores y de a poco el visitante se fue soltando. En un contragolpe que insinuaba riesgo para el arco Gizzi, Daglio cortó la jugada con una falta que hubiese sido merecedora de una segunda tarjeta amarilla, sin embargo, Pellegrino se la mostró pocos minutos (a los 31) después por una supuesta infracción del chacabuquense contra el arquero Universitario.

A los treinta y siete volvió Iocco a hacer de las suyas, llegó al fondo de la cancha y envió un centro ideal para Defrancesco, pero el “9” cabeceó defectuosamente de cara al arco. Inmediatamente, Iocco fue a disputar un balón aéreo con Matías Jofré en el centro del campo -a menos de cinco de metros de Pellegrino y de este cronista; mientras el de Cusa saltó limpiamente, el de Defensores lo hizo levantando el codo que dio en la cara del rival. Al partido le quedaban aún ocho minutos más el descuento y Defensores corría el riesgo de quedarse con dos jugadores menos… Pero el árbitro hizo como si no hubiese visto nada y, ante la protesta de Jofré -quien antes de ¿faltarle el respeto? le mostró con su mano la sangre que tenía en la boca- le mostró la tarjeta roja, dejando a los dos equipos en igualdad de condiciones ante la sorpresa de todos.

Poco pasó en los minutos que quedaban, en cuanto al juego propiamente dicho, ya que Pellegrino aún nos sorprendería con un nuevo desatino, y esta vez mucho más grave: Pasados cuatro de los cinco minutos que había adicionado, Pisoni fue a hacer un saque de arco tomándose más tiempo de lo normal, Pellegrino corrió cuarenta metros y lo amonestó… A un minuto de los penales y con Cusa sin más cambios por hacer, que se quedara sin arquero por algo tan insignificante -el tiempo estaba prácticamente cumplido, tanto que lo finalizó inmediatamente después a que la pelota se vuelva a poner en juego- resultaba irrisorio, y lo mismo habrá pensado Pellegrino luego de comprobar que el arquero ya estaba amonestado… Pero no rectificó la decisión de amonestarlo ni lo expulsó. Luego se excusaría ante todos diciendo que Pisoni no había sido amonestado en la jugada del penal; aunque todos los presentes podamos dar fe de que sí lo había sido.

A pesar de los errores del árbitro, Defensores justificó la mínima diferencia en el resultado que obligó al desempate por penales. Y en los penales pesó la mayor experiencia de los jugadores Loros.

Lamentablemente, Pedro Pellegrino, a quien desde este lugar se lo ha elogiado por su particular forma de sacar adelante los partidos más “chivos” con suficiencia, ni en la tanda de penales quiso resignar protagonismo y expulsó a Hazaña quien, después de convertir en gol su remate, se apantalló la oreja –sin exagerar- en alusión a los gritos de la hinchada rival, cuando una amarilla era suficiente castigo.

LOS PENALES

1) Ivo Barkigjije –que ingresó un minuto antes del final- clavó la pelota en el medio del arco. 2) Favergiotti volvió a engañar a Pisoni cambiando de palo. 3) El remate de Giménez dará en el travesaño, picará en el piso y saldrá. 4) Hazaña le pegó fuerte y venció a Pisoni, que había adivinado.

5) Agustín Flores esquinó el remate, pero Gizzi llegó para evitar el gol. 6) Narbiloni no dejó dudas. 7) La categoría de Villalba que, luego de dos pasos, metió la pelota en el ángulo. 8) “Gogó” Naya engañó a Pisoni y definió la serie.

Liguilla – Final - Ida

Si por algo será recordado este torneo, es por la cantidad de sorpresas, en cuanto a resultados, que fecha tras fecha se van sucediendo.

Si bien Cusa ya había vencido a Defensores en el último enfrentamiento –cortando una racha adversa de 24 partidos-, con formaciones similares a las de esta vez, en aquella oportunidad, que Defensores jugara varios minutos en inferioridad numérica y que el partido se desarrollase en el “Robert Norman Wright” -campo de juego incómodo para cualquier visitante por dimensiones y estado del piso- fueron atenuantes válidos... Solo atenuantes, que no se pueden argumentar en esta oportunidad.

Es sabido que el séxtuple campeón de Salto desde hace una semana afronta dos torneos con la misma ambición, que treinta horas antes de enfrentar a Cusa había viajado a Colón, que seis de los once iniciales en la noche del lunes habían jugado el día anterior, aunque solamente su arquero había jugado los 90’ y los cinco restantes lo habían hecho, como máximo, 45’. Pero el Universitario presentó entre sus titulares a tres jugadores –más otros dos que ingresaron en la segunda etapa- que el sábado habían disputado la final de ¡Quinta división! En un partido tan o más disputado que uno de Primera; y que, por consiguiente, esos cinco jugadores no superan los 16 años -excepto uno que acaba de cumplir los 17-.

Si de edades hablamos, entre los catorce jugadores que utilizó Gabriel Capaldi ante Defensores, el promedio es apenas superior a los 20 años, contra los 25 largos de los catorce elegidos por Moralejo; y si sacamos a los dos más veteranos de cada lado (Villaba, Pisoni, Defrancesco y Ceccoli), los promedios bajan a 18,8 y 24,6.

Por supuesto que la edad es un indicativo importante -sobre todo si de un lado hay mayoría de adolescentes y del otro tan solo dos tienen 20 y 21 años-, pero mucho más lo es la experiencia que dan los años en Primera, el roce en partidos de otro nivel y el hábito de disputar finales o ganar campeonatos, donde la comparación sería inútil, ya que solo Cristian Villalba podría empardar a los menos exitosos del Barrio Central.

¿Cómo puede entonces Cusa aspirar a un papel decoroso ante tamaño rival? Con el compromiso que inculca su técnico “Pacha” Capaldi -alguien que, sin ser un Universitario de cuna, levantó como jugador las dos copas que tiene el club-, con la inteligencia que transmite Cristian Villalba, con el sentido de pertenencia que tiene la mayoría del plantel -9 de los 14 son surgidos de las inferiores albinegras, contra solo 2 sobre 14 del verdiamarillo- y con el hambre de gloria de todos.

Desde que la pelota comenzó a rodar quedó claro que Cusa no renunciaría fácilmente a sus sueños, que cuando la pelota iba hacia un jugador de blanco y amarillo, al momento de recibirla tenía dos pares de botines acosándolo, que cuando los de blanco y negro tenían la pelota esta no les quemaba los pies, que si había que correr no se escatimaría esfuerzo pero, cuantas veces se pudiera, el balón iría hacia un compañero.

El partido no pasaba de las buenas intenciones que se esfumaban al llegar a las áreas, pero Cusa se insinuaba más incisivo. Ya Facundo Bolognese había ganado de arriba, sin poder darle dirección a su cabezazo, cuando llegó el minuto 39: Lucas Jofré ejecutó el córner desde la izquierda, Gizzi y sus defensores dudaron, y Cristian Villalba apareció en el área menor como un fantasma, metió el frentazo potente de pique al piso, la pelota se elevó por encima del arquero y se metió junto al ángulo. La diferencia en el resultado era el premio al que mejor había llevado a cabo su estrategia… Si es que el otro la tenía.

Al segundo tiempo Defensores salió con la clara intención de dar vuelta la historia, pero chocó contra la muralla albinegra hasta que Falgari y Naya se empezaron a encontrar. Por veintipico de minutos se vio lo mejor de la -corta- era Moralejo, con jugadores mostrándose y pidiendo el balón. Rodrigo Naya tuvo dos situaciones claras, pero demoró la definición e Illoa no pudo aprovechar los rebotes. Hazaña, tras un lateral en el que Cusa se “durmió” por única vez, tuvo el tiempo y el espacio suficientes para marcar el empate, pero su remate se fue por un costado después de superar la salida de Pisoni.

Defensores había hecho méritos suficientes para empatarlo, aunque la entrega inclaudicable de los juveniles de Cusa mereciera algo más que un empate… Ya sin Falgari en la cancha, y con un cambio -Perticarari por Quinteros- difícil de entender, estando Scarpitto entre los sustitutos, con Salcedo -jugó de centro delantero- extenuado de tanto jugar al llanero solitario, cuando se esperaba el último pitazo de Martín, lo que sonó fue el travesaño de Gizzi: Leandro Giménez dispuso de un tiro libre en diagonal al arco y, viendo al arquero Loro parado como para cortar el centro, le pegó al arco sorprendiendo a todos.

Recién se jugaron los primeros noventa minutos de este partido de ciento ochenta. Cusa tomó la ventaja que debía tomar para ilusionarse y trasladarle la presión a Defensores.

Liguilla – Semifinal - Vuelta

Puede ser que los espectadores de fútbol desapasionados -los menos- privilegien el espectáculo pero, quedó demostrado, por enésima vez, que el hincha común va a la cancha a ver ganar a su equipo, y más aún si es ante un clásico rival y en una etapa definitoria, sino no se explica, con los antecedentes inmediatos, tanta concurrencia de público. Hasta los que una semana atrás renegaban de lo visto en el “Carlos Testa” dijeron presente en el “Guillermo Cepeda”, y no fueron con la esperanza de ver un show de la estética, ya que ninguno de los dos equipos podía prometerla.

Este Compañía de Alejandro Santana, contrariamente a otros dirigidos por el mismo técnico, es un equipo utilitario, que busca llegar al arco rival por el camino más corto posible, o sea con pelotazos largos para aprovechar el temible juego aéreo de Nicolás Colombini y la capacidad goleadora de los mellizos Salinas y Carlos Monacci.

Si bien Abel Moralejo lleva apenas veinte días al frente del Loro, y los jugadores que pone en la cancha son los mismos que utilizaba Sponton, el técnico ya se encargó de darle su sello al equipo, que ahora antepone el esfuerzo al pensamiento.

Con estos argumentos, de los dos lados, más que una pared, se podía esperar un paredón, y algunos osados solitarios tratando de derribarlo.

Como era previsible, el primer tiempo se redujo a la búsqueda de alguna cabeza -de parte de Compañía- y Martín Salinas tuvo una oportunidad inmejorable, ante una salida en falso de Gizzi, y más tarde el arquero tapó un cabezazo sin ángulo de Monacci, y a alguna corajeada de Iocco -de parte de Defensores- que obligó a la amonestación de Páez y Candia ante la imposibilidad de frenar los potentes arranques del pergaminense.

En la segunda mitad el Lagarto salió con más determinación y metió a Defensores casi en su área y, ante la imposibilidad de penetrar la sólida defensa verdiamarilla, le agregó remates de media distancia a su escaso repertorio, con los que obligó a Gizzi a trabajar un poco más, pero también dejó algunos huecos lógicos en el fondo.

A los dos minutos Colombini ganó de arriba, pero su cabezazo se fue alto, enseguida, tras una corrida de Monacci, otra vez Nicolás tuvo la decisión final, pero su remate careció de potencia. A los ocho Montero, el único que intentaba emular a Iocco, se metió en el área y remató cruzado cuando entraba Testa por el medio. La acción se repitió en el arco de enfrente con Martín Salinas y Colombini como intérpretes. A los quince, Nicolás Páez, en su afán por cortar un pase atrás casi vence a Ripoll. A los diecisiete Gizzi, en su intento por rechazar con los puños un pelotazo frontal, fue anticipado por Monacci y el balón cayó en el techo del arco.

Compañía comenzaba a merodear con más asiduidad el arco visitante y Moralejo trató de darle aire nuevo al equipo con dos cambios, pero poco cambió. A los veintiséis Monacci exigió a Gizzi de media distancia y, treinta segundos después, ante un cabezazo de Martín Salinas, buscando el ángulo inferior izquierdo, apareció el pie salvador del arquero en la mejor atajada del partido. A los treinta y uno Baqué intentó sorprender desde lejos con un tiro bombeado y el uno, sin complicarse, mandó al córner. Ya con Claudio Alessandro buscando más movilidad en ataque, Hazaña remató apresurándose muy lejos. A los cuarenta Gizzi tapó en el primer palo y enseguida Santana mandó a la cancha a Bisgarra; el zurdo inició el ataque que derivó en Colombini, este bajó la pelota fuera del área para el mellizo Martín, que sacó un derechazo rasante que se metió en el mismo rincón al que anteriormente había llegado Gizzi.

Cuando Pedro Pellegrino mostró los cinco dedos de su mano derecha el resultado se amoldaba a lo -poco- hecho por los dos al cabo de ciento ochenta minutos, pero una más iba a haber seguramente… En el segundo minuto adicionado Falgari ejecutó un centro pasado, Iocco, sobre la línea de fondo, alcanzó a cabecear devolviendo la pelota al medio, Narbiloni se anticipó a Colombini y tuvo tiempo de elegir el destino de su cabezazo para dejar a Ripoll sin chances.

El gol agónico y decisivo fue un baldazo de agua helada para unos y festejo desenfrenado para otros, pero a la desazón y a la euforia enseguida les ganó el asombro: Antes que se reanude el juego, el director técnico de Defensores se metió en el campo sin motivos válidos, argumentando algún episodio que nadie había visto, y al árbitro no le quedó otro camino que expulsarlo. Moralejo, en una actitud que nada tiene que ver con el fair play, no se dio por aludido con la clara intención de enfriar el juego, y lo único que logró fue agitar aún más los ánimos de los protagonistas -jugadores y auxiliares-. Al cabo de cuatro minutos de manotazos, alguna trompada y varios empujones, Pellegrino, con la ayuda de su primer asistente, decidió expulsar a los más exaltados (¿acertó en los elegidos?) y el más perjudicado terminó siendo Defensores, que perderá a su goleador para la final de la Liguilla.

En los tres minutos que le quedaban al partido, más algunos que decidió agregar Pellegrino, no sucedió nada que pudiera cambiar el resultado final, y los Loros se fueron festejando el empate-triunfo en el clásico y la posibilidad de estirar la racha de títulos. Más allá de los gustos, a muy pocos les habrá importado el sabor que sentían en el paladar.

DEBUTANTES

En El Fortín: Enzo Franco PISONI.

GOLEADORES

2º Gol: Felipe VILLEGAS

3er Gol: Thiago WEBER y Agustín FLORES.

5º Gol: Guillermo NARBILONI

36º Gol: Martín SALINAS

EXPULSADOS

1ª Roja: Marcelo QUIROZ

2ª Roja: Denis AGUILAR

7ª Roja: Feliciano TESTA (2ª en el torneo) y Leandro CANDIA.

8ª Roja: Gastón QUIROZ (2ª en el torneo)

12ª Roja: Diego Daniel DÍAZ

RACHAS

Cusa, con 3 victorias y 2 empates, hoy es el equipo con mejor serie sin derrotas.

CLÁSICO

Martín Salinas marcó por primera vez en la historia del clásico (jugó 1 con Defensores y 4 con Compañía).

Guillermo Narbiloni le anotó a Compañía 3 de los 5 goles que lleva marcados por torneos locales.

Liguilla – Semifinal - Ida

Los que aún permanecían despiertos después de cuarenta y cuatro minutos soporíferos, deben haber lamentado mantener los ojos abiertos para ver cómo Darío Martínez desperdiciaba la primera situación propicia cuando, desde el punto del penal, perdió el balón entre las nubes.

El segundo tiempo arrancó con tres apellidos nuevos y algunas variantes posicionales más respecto a los veintidós iniciales, con lo que los dos equipos fueron más ambiciosos, pero sin dar pelota por perdida.

A los cinco minutos, tras una buena habilitación de Nicolás Navarrine, Joel González tuvo el gol, pero la repentina reacción de Menéndez se lo impidió. A los dieciocho Alexis Salcedo, confirmando su buen momento anímico, se atrevió con un tiro libre desde unos treinta metros; el balón trazó una parábola engañadora y el sol en los ojos de Vergé hizo el resto. Cuatro minutos más tarde, el inquieto Agustín Flores sacó un remate violento, casi desde la línea de fondo, y a punto estuvo de estirar la ventaja, pero el manotazo providencial de Vergé dejó con vida a El Fortín que, tocado en su amor propio, intentó llevarse por delante a los juveniles de Cusa; y de esa forma, casi con prepotencia, llegó el empate: Menéndez no pudo retener el centro cerrado desde la derecha y, cuando la pelota bajó, se encontró con un malón aurinegro arremetiendo. De nada sirvieron los reclamos (¿justificados?).

En el final de un partido cada vez más caliente ante la pasividad del árbitro, Menéndez voló espectacularmente para desviar un cabezazo cruzado sellando el empate… Más que un premio, un castigo para los dos.

Cada clásico es una nueva historia; sin embargo, cuando habían transcurrido diez minutos, este parecía una copia de los últimos, hasta en los nombres, aunque en el banco del local haya habido un cambio por demás significativo.

Defensores, hasta con más jugadores ofensivos que en el último clásico dirigido por Sponton, no podía controlar a los once de Santana, que mantenía la idea más allá de algunos cambios en la defensa.

A los cinco minutos Perticarari tuvo que cerrar en el área chica, evitando que Colombini conecte el centro atrás desde la izquierda; a los siete y medio Alejandro Baqué agarró una pelota de aire en el borde del área y su remate se fue pegado al caño izquierdo y, un minuto más tarde, Nicolás Colombini giró sacándose de encima a Narbiloni y encaró el área; la situación era muy favorable para el goleador del Verde pero, seguramente por influencia de la lesión que arrastra en la pierna derecha, su remate débil fue interceptado por el pie de Gizzi y Nuñez se encargó de completar el despeje antes de que llegue el “9”.

A los doce minutos Juan Manuel Nuñez tuvo que ser remplazado por lesión y, lo que en primer término pareció una complicación más para el conjunto de Moralejo, terminó siendo una solución, ya que Daglio, que pasó al lugar del marcador central, se encargó de contrarrestar la potencia de Colombini anticipándolo, Arrieta empezó a discutirle a Movio el predominio en el medio del campo, y Defensores comenzó a salir del asedio. Así y todo, a los dieciocho, tras una pelota llovida, Monacci metió un frentazo que exigió a Gizzi.

Treinta segundos después llegó la primera para el Loro (tan clara como la que había tenido Colombini), cuando Testa habilitó magistralmente a Naya y este se sorprendió tanto por las ventajas con que contaba que terminó entregándole la pelota a Ripoll.

A los 26’ el goleador Loro le ganó a Movio y a Ripoll y, sobre la línea de fondo, envió un centro que no encontró receptor. Al rato Narbiloni remató desde cerca sin ángulo. Colombini respondió con una chilena forzada que se fue lejos del arco desguarnecido y el primer tiempo se fue con un calco de la primera jugada de riesgo, cuando Perticarari volvió a anticipar a Colombini. Para la polémica quedará una supuesta mano de Montero en su afán por evitar que Martín Salinas se haga de la pelota.

En la segunda mitad, como había ocurrido veinte días atrás, Compañía le cedió el dominio a Defensores apostando a algún contragolpe, pero Nicolás Colombini, a pesar de su orgullo inquebrantable, solo pudo inquietar cuando Narbiloni cabeceó hacia atrás y obligó a Gizzi a salir raudo del área para alejar el peligro.

El Loro, dueño casi absoluto de la pelota, no encontraba un camino sin obstáculos y Moralejo comenzó a hacer valer las mejores alternativas que tenía en el banco; primero fue Illoa, que remplazó a un intrascendente Hazaña, y en pocos minutos se metió en el partido haciendo pesar su habilidad, luego fue Defrancesco para tratar de bajar alguna pelota llovida, y Naya unos metros más atrás para conducir pero, salvo por una acción donde Illoa cayó en el área, después de dejar en el camino a Páez, y por la que se reclamó sin demasiada euforia, el empate parecía inamovible hasta que Iocco encaró una vez más, Mateos le cometió una falta innecesaria a cinco metros del área, Testa remató al arco, el balón dio en el brazo imprudentemente separado del cuerpo de Cuello y Del Fueyo no dudó en marcar el punto del penal. “Gogó” Naya asumió la responsabilidad de la ejecución y metió un zurdazo al ángulo izquierdo inatajable.

El triunfo ya era un premio exagerado para el dueño de casa haciendo un balance de los noventa minutos, sin embargo, en los cinco minutos adicionados, si la diferencia se hubiese duplicado poco se podría discutir, pero Del Fueyo consideró que dos penales en tres minutos era demasiado para él, siempre tan afecto a amoldar el reglamento a su medida.

El primer capítulo de esta historia fue para el Loro, que se recompuso del mal comienzo y buscó hasta el final, con más ganas que ideas. Santana, quizás influenciado por el triunfo conseguido en su última visita al “Carlos Testa”, cuando se llevó los tres puntos aún con diez hombres en los últimos veinte minutos, prefirió especular, pero esta vez sus jugadores fueron más “normales” y no aguantaron el ritmo. Tal vez con Bisgarra en el último cuarto de hora la historia hubiese sido diferente.

En el segundo tiempo movimos la pelota de un lado a otro, pero en el campo rival, y esa es la única manera de poder entrar, de fabricar los huecos para meter una pelota de gol o intentar individualmente. Más allá de la jugada del penal hubo otras interesantes de Illoa, de Iocco, de varios… Eso fue lo que me dejó conforme.

Tenemos que trabajar un montón de cosas, seguir mejorando, porque siempre hay que mejorar, pero me voy contento. Hoy regalamos los veinte o veinticinco primeros minutos, después hubo una mejoría, y en el segundo tiempo sí se vio el equipo que quiero.”

-La verdad que se esperaba un equipo más picapiedra…

-“A ver, yo pregono dos cosas en el fútbol: Que, cuando tenemos la pelota, juguemos bien al fútbol, que no tiremos pelotazos, ahora, cuando no tenemos la pelota sí quiero un equipo picapiedra, que se haga sentir, en el buen sentido. Les reiteré toda la semana y antes del partido que no quería expulsados por una infantilidad, como meter un codazo o entrar en el juego del rival. Sin pegar una patada voladora, en las pelotas divididas tenemos que ganar nosotros. En el segundo tiempo agarraba la pelota uno de ellos y le caían tres de los nuestros, así recuperábamos la pelota rápido, volvíamos a intentar y así llegamos al triunfo.”

-¿Esperabas un clima así en Salto?

-“La verdad que no. Hasta a uno mismo lo contagia, pero estos son los partidos en los que no hay que trabajar en la motivación, ya que el jugador se motiva solo… Lo bueno es que ante Villa Italia jugaron de la misma manera que hoy.”

-¿Estás conforme con la evolución que tuvo el equipo en estos pocos días? ¿Qué falta para afrontar un torneo como el Federal B?

-“En líneas generales estoy contento, hemos mejorado en la movilidad, en ser un equipo más rápido, más vertical… Prácticamente son todos chicos de la zona, de muy buen pie, creo que, principalmente, nos está faltando ser más intensos, más consistentes, como terminamos el partido de hoy, donde creo que el rival sintió el ritmo que le pusimos, y eso es mérito de los jugadores y del trabajo de la semana.

También tenemos que evaluar muchas cosas, como la situación de los jugadores que trabajan, a los que no se les puede exigir demasiado… Hay que manejar muy bien las cargas para que lleguen bien al partido.”

-Sorprendiste con el cambio de Defrancesco por Falgari…

-“Vi que ellos prácticamente no pasaban el medio de la cancha y estábamos muy bien parados atrás, entonces pensé que dejando un solo mediocampista, retrasando un poco a “Gogó” (Rodrigo Naya) y agregando un delantero íbamos a tener más llegada.”

-Lo de “Gogó” indudablemente fue un acierto…

-Y sí… En los primeros minutos del partido no estaba haciendo lo que le había pedido en la semana y se tiraba muy a los costados. Él tiene que participar, recibir la pelota de los doble cinco y hacer jugar al equipo. Él tiene todas las condiciones para cargarse el equipo al hombro pero, como no venía jugando por suspensión o por lesión, no está del todo bien físicamente... Hay varios que están excedidos de peso.”

-¿Daglio es el jugador que más te representa?

-Sí, sí. Vendría a ser el líder dentro del campo de juego. Es un jugador que, más allá de lo que juega y lo que mete, habla. Habla mucho, y eso contagia. De a poco eso lo vamos a ir mejorando, porque cuando llegué era un equipo que jugaba al oficio mudo. Ahora se hablan más y son solidarios entre ellos. Les dije que no quiero que se insulten ni se peleen entre ellos, pero el fútbol es un juego de conjunto y hay que ser solidarios, todos tienen que trabajar en la recuperación de la pelota y, cuando la recuperamos, todos tienen que jugar.”

-¿Algo más?

-“Quiero mandarle un saludo muy grande a los dirigentes, por la oportunidad que me dieron y, por sobre todas las cosas, dedicarle este triunfo al hincha… Yo tengo un gran respeto por el hincha. Hay hinchas que en la semana juntan sus moneditas para poder ver al equipo de sus amores, por eso siempre les digo a los jugadores que, más que por ellos mismos y por la familia, por respeto al hincha siempre hay que dejar todo en el campo de juego.”

DEBUTANTES

Sebastián Illoa jugó su primer clásico ante Compañía.

GOLEADORES

3er Gol: Alexis SALCEDO (2º en el torneo)

7º Gol: Gastón QUIROZ (1º en el torneo)

28º Gol: Rodrigo NAYA (1º en el torneo y 5º a Compañía). “Gogó” anotó en 25 partidos, siempre para sumar: 23 triunfos y 2 empates.

EXPULSADOS

Por cuarta vez en el torneo la fecha no tuvo expulsados. En 52 partidos, 32 jugadores vieron la tarjeta roja.

RACHAS

Compañía perdió después de 11 fechas. Como visitante sumaba 6 triunfos consecutivos.

Cusa suma 4 partidos sin derrotas por primera vez en el torneo (2 triunfos y 2 empates, en ese orden).

Pablo Gizzi suma 294’ sin recibir goles.

CLÁSICO

Hasta que aparezca el tan buscado resultado del primer clásico de 1929 (probablemente disputado el 12 de mayo), Defensores pasó al frente en el historial con 91 triunfos sobre 90 de Compañía. 56 partidos (incluido 1 alargamiento) terminaron empatados.

Defensores cortó una racha de 4 clásicos sin triunfos (2 derrotas).

Desde 2008 que el clásico no terminaba 1 a 0, y este año, como aquel, se dio en dos partidos consecutivos.

El 13 fue la desgracia para Alejandro Santana, ya que sumaba 12 clásicos como DT en el “Carlos Testa” sin derrotas.

Del Fueyo: Fue el quinto clásico para él; 4 veces ganó Defensores y 1 Compañía.

Por primera vez en la historia el clásico se jugó el día de San Cayetano.