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Torneo Regional Federal Amateur 2024/25


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EL DESCONTROL

Hace unos días, en el Balance Final de 2024, escribí que parecía haberse perdido el placer de jugar, y no me refería a andar a las risas por la cancha o tirando caños en el área propia, sino al hecho de ser futbolista.

Normalmente, un futbolista sufre más de lo que disfruta en una cancha, porque el hecho de estar concentrado noventa y tantos minutos hace que así sea. Después que el árbitro suena el silbato por última vez se podrá estar feliz o triste, según el resultado, pero lo más importante es estar tranquilo por haberlo intentado todo -jugando al fútbol- y haber hecho el máximo esfuerzo para mantener la victoria o revertir la derrota… Jamás dejarse llevar por impulsos, por grandes que sean las injusticias, que condicionen el futuro, porque de esa forma el fútbol no dará revancha y la mancha será muy difícil de borrar.

Lamentablemente, vivimos una época en la que perder el control -en todos los ámbitos- se ha hecho moneda corriente y la mayoría no cuenta ni hasta tres antes de reaccionar de mala manera, pero quien disfruta de lo que hace no puede ir en contra de aquello.

Si bien esta vez los que desataron el bochorno del final fueron algunos jugadores de Defensores -yendo contra los suplentes de Gimnasia que se metieron en la cancha para esquivar las piedras que les arrojaban de un sector de tribuna local-, seguidos por un grupo de “hinchas” que invadió el campo de juego con la intención de “hacer justicia por mano propia” contra el que tuvieran al alcance, sea jugador, técnico, árbitro o policía, y que no terminó en tragedia porque otros jugadores Loros le pusieron el pecho a la situación, el clima enrarecido y las actitudes violentas comenzaron bastante antes.

A los veinte minutos un “hincha” ingresó al campo de juego, se acercó al árbitro, vaya a saber para decirle qué, y terminó escapando por milímetros de la policía para volver a la tribuna, y buena parte de la parcialidad local “civilizada” festejó que no lo hubieran atrapado, me pregunté ¿qué festejan? Ese hecho, sin aparente trascendencia, ya era un mal indicio.

A los treinta y cuatro minutos el Presidente de Defensores ingresó al campo, ante la pasividad policial, para reprocharle al árbitro por las decisiones tomadas, entonces pensé en el mensaje que le llegaría a los jugadores. Normalmente, al jugador no le hace gracia que alguien ajeno a ellos, por más que sea su superior, les quite protagonismo.

Cerca de los treinta minutos del segundo tiempo, la treintena de simpatizantes visitantes fue retirada del estadio por la policía, para prevenir lesiones por las piedras que arrojaba un grupo de “hinchas” locales.

De este hecho, a que algunos jugadores Loros se transformaran en “hinchas” descontrolados solo pasaron unos minutos.


EL PARTIDO

Desde el comienzo, Defensores monopolizó el control de la pelota, haciéndola circular, como es su costumbre, pero sin encontrar espacios para la subida de Fredes, ni el hueco para la diagonal de Aita, sus principales armas. Apenas un remate alto de Medina, desde unos treinta metros, arrancó algunos aplausos. Antes, Alan González sufrió las consecuencias del mal estado del piso cuando, desde el borde de la media luna, decidió obviar el remate tras un mal pique de la pelota.

Decir, al final los primeros cuarenta y cinco minutos, que el dueño de casa había jugado mejor es faltar a la verdad, ya que sus avances no lograron prosperar, con posibilidades, más allá del área mayor rival.

Gimnasia -un equipo con muchos jugadores de experiencia-, que no había demostrado grandes aptitudes, que se aferraba a su libreto dedicándose a “enfriar el partido” simulando y exagerando infracciones, disputando cada pelota dividida usando los brazos al borde de lo permitido, estuvo a centímetros de irse en ventaja al descanso cuando, en la última jugada y tras una pelota parada, Sosa no pudo aprovechar una situación por demás favorable.

Luego de algunos minutos intrascendentes, en el segundo tiempo comenzó a verse a un Defensores más ambicioso, conducido por Villalba y empujado por el adelantamiento de Manuel Villegas. El propio “Manu” -en el mejor momento de su carrera- comandó el ataque a los cincuenta y siete minutos, protegió la pelota, buscó la pared y sacó un remate fuerte que se fue cerca del ángulo izquierdo.

A los sesenta y tres llegaría la ratificación del momento que atravesaban uno y otro: Medina le robó la pelota a Iturrieta, que quiso salir jugando, esta derivó en Nuñez que, tras combinar con Romero, alcanzó a rematar incómodo acertándole al cuerpo de De Feliche.

El equipo conducido por el polémico Alberto Salvaggio no lograba traspasar la línea media, pero su hijo Marcos se encontró con un inesperado regalo de Gizzi y, definiendo con frialdad y precisión, enmudeció al “Carlos Testa”.

En segundos, el Loro, al error de Gizzi le sumó la reprochable expulsión de Villegas y la desacostumbrada de su técnico. La sensación de impotencia se instaló en la gran mayoría de jugadores e hinchas y, para colmo, siete minutos más tarde, Franco Cáseres se mandó una genialidad para sepultar todo tipo de esperanzas.


PARTÍCIPE NECESARIO

Veintiún días atrás, José Darío Sandoval había pasado inadvertido en el “Carlos Testa”, cuando el Loro derrotaba con comodidad a La Emilia, pero de golpe, tras su designación para este encuentro, había pasado a ser el villano que vendría a despertar al conjunto saltense de su dulce sueño -principalmente por los dichos de Caruso Lombardi que, más que prevenir, predisponen a la gente de tal forma que la tragedia en un estadio está a la vuelta de la esquina-.

Sandoval, como todo árbitro que se preste a este juego macabro pergeñado por los popes del fútbol argentino (Ay, Selección Argentina, cuánto daño le has hecho a nuestro fútbol con tus logros) no iba a venir a cobrar un penal en el medio de la cancha ni a expulsar a un jugador por subirse las medias… Una amarilla más o menos suele pasar desapercibida y hasta se puede discutir, pero las amonestaciones totalmente fabricadas a Marcos Fredes y Alan González en el primer tiempo (dos jugadores fundamentales e irremplazables en la estructura del equipo), que se perderían el partido de vuelta, hacen sospechar al más crédulo. Y más cuando el beneficiado es un equipo dirigido por Alberto Salvaggio, a quien se le atribuye una amistad con el designador de árbitros Gustavo Bassi (Hay quienes se atreven a sostener que detrás de este florecimiento del fútbol chivilcoyano estaría el mismísimo Elon Musk. ¿Será para tanto).


¡MIRÁ QUIÉN VINO!

En el entretiempo de la transmisión del partido a cargo de “La Gloria o Devoto” apareció una entrevista, en zona de vestuarios, al Presidente de La Liga de Futbol de Salto y Delegado Provincial ante el Concejo Federal, Jorge Garavano.

Para empezar me llamaron la atención dos cosas: Que estuviese en la cancha -supongo que la nota se habrá grabado anteriormente y que a la hora del partido habrá estado cómodamente siguiéndolo desde algún lugar lejano, ya que no se lo suele ver en los estadios (ni siquiera estuvo presente en la accidentada final del “3 Ligas”, torneo organizado por él, entre otros, y que hoy lo ha llevado a presidir el venidero “5 Ligas”. ¿?) y que brindara una entrevista a periodistas -no dialoga con medios de Salto desde que asumió, hace más de diez años-.

Por supuesto que las preguntas no fueron muy incisivas y Garavano se limitó a hablar de “Esta hermosa fiesta. Felicitar a jugadores, dirigentes e hinchas por el esfuerzo de poder llevar a cabo esta final. Esperemos que el resultado sea exitoso… El Federal Amateur tuvo un éxito importante y en estos partidos finales se refleja el trabajo del Concejo Federal, el trabajo de Pablo Toviggino, que siempre está consultándonos por cómo se desarrollan los torneos… Creo que se desarrolló con absoluta normalidad… Siempre hay alguna cosita… Las cositas están parar solucionarlas… Llegamos a esta fiesta para las ciudades. (…) Y siempre con el Presidente Toviggino ayudando a las Ligas del Interior”.

Bueno, dirigentes de Defensores y demás clubes de Salto, no busquen más culpables. Los primeros responsables de que sucedan estas cosas son ustedes. Primero, por sostener a alguien que es el más fiel colaborador del Presidente del Concejo Federal, Pablo Toviggino, el primer apuntado a la hora de las injusticias en el Fútbol del Interior… Mínimo, un provocador y amenazador de colegas en las redes sociales. Segundo, por participar de un torneo con continuas sospechas de corrupción que solo sirve para que unos pocos se llenen los bolsillos.

De mi parte, es muy probable que haya sido la última cobertura con esta dirigencia.


PD: Después de lo ocurrido a lo largo de 2024 y en este triste comienzo de 2025, por favor, el que esté libre de pecados… que no tire la primera piedra.


CARLOS ABEL RIGGI


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